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XESTEIRA, EN OURENSE, SE HA CONVERTIDO EN EL PRIMER CLUB DE FUMADORES DE ESPAÑA TRAS LA ENTRADA DE LA LEY

El primer club de fumadores de España

MARCOS SUEIRO  |  09 de enero de 2011 (10:52 h.)
Imagen en la que se ve el porcentaje de fumadores y no fumadores en España. Eslogan tabaco o salud, decide.
La rapidez en constituirse legalmente como el primer club de fumadores de España ha convertido a un local de la ciudad de Ourense en noticia en toda la Península. Su nombre, café bar Xesteira.

La rapidez en constituirse legalmente como el primer club de fumadores de España ha convertido a un local de la ciudad de Ourense en noticia en toda la Península. Su nombre, café bar Xesteira, se trata del primer recinto hostelero que, cumpliendo la legislación en vigor, se conforma como una asociación de fumadores y permite a los socios saborear un café o tomarse un refresco en compañía de un cigarrillo encendido. Desde el primer momento en que abrió sus puertas, las solicitudes para formalizar el ingreso en el club se sucedieron, y a un ritmo de 100 inscripciones diarias, ya se han convertido en más de 600 los que pueden acercarse hasta el primer piso de la Xesteira para seguir con una costumbre insalubre pero elegida libremente.

Están en la primera planta, aislados completamente del resto de salas, pero con una amplitud que supera la de cualquier cafetería media porque ocupan un local que también es teatro. El espacio está dotado de un sistema de aspiración y ventilación que, junto a su superficie, permite comprobar que lo que en un principio podría pensarse, que es un lugar lleno de humo y con ceniceros llenos de colillas, no es sino una cafetería al uso, aunque con alguna particularidad.

Carlos Ramón Cid, presidente de la Asociación de Amigos del Tabaco y encargado del recinto, desempeña labores de camarero por las mañanas. Al dar la bienvenida y parapetado tras la barra, situada en una antesala, se comprueba que sus funciones no son las mismas que realiza un camarero normal. Luce un lustroso uniforme, pone el café, da opción a elegir pincho que, junto a las consumiciones, coloca en una bandeja marrón de plástico que el propio socio debe transportar a la sala cerrada donde se puede fumar.

Se trata de que Carlos, mientras trabaja, no puede entrar en la sala. Él lo sabe y dice: “Mi trabajo ha cambiado un poco porque aquí estoy solo y los clientes vienen a por la consumición y luego se van con ella”. También son los propios clientes los que limpian las mesas y se encargan de mantener el orden en el local.

Este aparente cambio de roles contrarió en un principio a Carlos, que echa de menos el contacto “con el cliente de la barra” y la posibilidad de moverse con libertad. Lo mismo le ocurre a su compañera del turno de tarde que confiesa: “Bueno, supongo que con el tiempo nos acostumbraremos”. Aunque los dos reconocen que parar de trabajar, no paran.

El trabajo del presidente de la Asociación de Amigos del Tabaco se desdobla porque debe cubrir las fichas de los nuevos clientes y llevar un registro exhaustivo del pago de cuotas, una cantidad simbólica de 1 euro al año. Está acostumbrado porque ha trabajado a lo largo de su vida en distintos puestos en la hostelería. Antes de venirse para Ourense estuvo en Sevilla y Cádiz trabajando en terrazas y discotecas y ahora su rol es el de impulsor de un local que trata de adaptarse a la ley recién promulgada y que impide fumar en establecimientos de ocio.

 

EL SOCIO NÚMERO UNO

Los que ya están apuntados observan la escena con total naturalidad a través de los cristales biselados de la puerta. Algunos no se alteran cuando detectan la presencia de medios de comunicación y siguen tan tranquilos hojeando la prensa o tomándose el zumo. Quien atiende con rapidez es el socio número uno. Se trata de José Carlos Santos Díaz. Fuma medio paquete al día pero le gusta hacerlo en una cafetería para no perder la costumbre de la charla y la tertulia. La ley le parece exagerada pero matiza que “no se trata de llevar este asunto a la política porque no tiene nada que ver”. De momento, está satisfecho con la posibilidad del Teixeira y admite: “Al final, nos acostumbraremos a la nueva regulación”. José Carlos muestra orgulloso su carné de socio y advierte para que la gente no se confunda: “El espacio donde estamos es amplio”.

La descripción de José Carlos es exacta porque, al atravesar la puerta, el local no parece tener fondo. La clientela aclara que por la tarde es mayor la afluencia de público y concretan sobre las seis la hora en la que vienen los más jóvenes. De momento, no se plantean tener que ampliar o restringir la entrada porque, como dice el encargado, “vamos cabiendo” pero no se olvida de rescatar su posición inicial para concluir: “Nunca pensé que llegáramos a tener tanto éxito. Y cumpliendo la ley, porque para eso está”.

Fuente: Xornal

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