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HASTA 160 PERSONAS PUEDEN HABERSE VISTO EXPUESTAS A LA RADIACIÓN, QUE SOBREPASA LOS LÍMITES DE SEGURIDAD

El gobierno japones preocupado por una nueva explosión en Fukushima

RAFAEL MÉNDEZ  |  13 de marzo de 2011 (13:47 h.)
Un control en las calles de Fukushima para controlar el nivel de radiactividad en los ciudadanos.
El Gobierno japonés ha advertido de que existe el riesgo de que produzca una nueva explosión similar a la de ayer en la planta nuclear y no descarta que se haya iniciado un proceso de fusión del núcleo en los reactores 1 y 3.

Japón, modelo de país nuclear, ejemplo de uso de tecnología atómica incluso en la peor zona sísmica del planeta, vive días de pesadilla pendiente de la central de Fukushima I, a 240 kilómetros de Tokio. La situación parece complicarse por momentos: el Gobierno japonés ha advertido de que existe el riesgo de que produzca una nueva explosión similar a la de ayer en la planta nuclear y no descarta que se haya iniciado un proceso de fusión del núcleo en los reactores 1 y 3.

El ministro portavoz, Yukio Edano, ha explicado "Creemos que existe la posibilidad de que una fusión del núcleo parcial haya ocurrido. Está dentro del reactor. No podemos verlo. En cualquier caso, suponemos que la fusión ha tenido lugar", señaló Edano acerca del reactor número 1 de dicha central. "Sobre el reactor número 3, suponemos también que existe la posibilidad de que otra fusión del núcleo tenga lugar mientras tomamos medidas para evitarlo".

Tras el terremoto y el tsunami del viernes, la nuclear perdió ayer el sistema de refrigeración y durante más de 24 horas liberó al exterior gases radiactivos para reducir la presión en el interior y evitar un desastre aún mayor. La agencia japonesa de seguridad nuclear calificó el accidente como nivel 4 en la escala de sucesos atómicos (INES, que va de 0 a 7). Esto lo convierte en el peor siniestro atómico desde Chernóbil -en 1986 y calificado como nivel 7- y en el quinto peor incidente civil de la historia.

Fukushima no es Chernóbil -al menos hasta ahora-, pero sí lo más parecido que ha habido a Three Mile Island, el accidente de 1979 en Harrisburg (Pensilvania, EE UU). Este fue un nivel 5 en la escala INES, "accidente con consecuencias amplias". Entonces la central perdió el sistema de refrigeración y el uranio del núcleo se fundió. El incidente frenó durante más de 30 años la construcción de nucleares en EE UU.

Terremoto de intensidad 9

El terremoto del viernes, con una intensidad que esta madrugada (hora española) Japón ha revisado al alza hasta una maganitud 9 en la escala de Richter, fue demasiado para la central de Fukushima I, propiedad de Tokio Electric Power (Tepco) y cuyo primer reactor abrió en 1971. Los reactores 1, 2, y 3 pararon automáticamente con el seísmo. Los otros tres del enorme complejo atómico en la costa estaban en tareas de mantenimiento.

Al caerse el sistema eléctrico, se apagó también el sistema de refrigeración de la central. En una nuclear hay que sacar calor continuamente del reactor, lo que se consigue con varios sistemas de circulación de agua. Tras el seísmo, se pusieron en marcha los generadores diésel de emergencia -suele haber cuatro por planta- para bombear agua a la refrigeración. Pero una hora después llegó el tsunami e inutilizó también la refrigeración de emergencia.

Con una refrigeración precaria, "dentro del núcleo empezó a subir la presión" por la acumulación de gases radiactivos. La central comenzó a abrir válvulas de alivio para soltar los gases a la contención.

Aun así, la presión en el edificio de la contención siguió subiendo. "La contención está a menor presión que el exterior para que, si hay una grieta, no salga nada hacia afuera. La presión normal dentro es de 400 kilopascales y en el exterior es de 1.000. En la central la presión subió hacia 600 y luego a 850. Entonces decidieron abrir y sacar hacia el exterior el gas contaminado. Se filtra pero siempre sale vapor radiactivo".

Cinco horas después de la explosión, las autoridades japonesas intentaron una opción a la desesperada: refrigerar la nuclear directamente con agua de mar y ácido bórico, una sustancia que absorbe neutrones. El portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, afirmó que este era un método "sin precedentes" y anunció que se estaban preparando para repartir yodo entre la población. "El yodo es una medida de protección de emergencia ante una posible nube radiactiva, que lleva yodo. El yodo satura la glándula tiroides y evita que actúe el yodo radiactivo", señaló Lentijo. La agencia Kyodo informó de que había tres personas hospitalizadas que habían recibido altas dosis de radiación. Según NISA, el número de personas expuestas a la radiación en Fukushima I podría ser de entre 70 y 160.

Fuente: El País

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