Si a uno se le ocurre en México ser infiel a la mujer o al marido y desatar la pasión con otro en el domicilio conyugal o en una situación que pueda considerarse escandalosa, además de llevarse la gran bronca de su pareja, puede acabar en la cárcel y pasarse entre rejas nada menos que dos años. Y se le puede privar de sus derechos civiles hasta por seis.

Así era en pleno siglo XXI la ley de México, que todavía tipifica el adulterio como un delito en el capítulo IV de su Código Penal. Hasta este jueves, porque parece la norma va a cambiar. En una iniciativa, votada curiosamente y únicamente por senadores del género masculino, se ha aprobado una propuesta para que la infidelidad deje de estar penada.

Logrado el dictamen favorable en la Comisión de Justicia y de Estudios Legislativos, el Senado ha aprobado con Con 60 votos a favor, uno en contra y una abstención, esta resolución, que ha contado también con el apoyo de los representantes del PAN (derecha) porque creen que las sanciones que contempla la actual legislación son difíciles de aplicar a no ser que el adultero/a sea cazado in fraganti.

El capítulo de Código Penal que se reformará establece, entre otras cosas, que es el cónyuge quien debe denunciar el asulterio, pero los tribunales procederán contra el denunciado y contra su amante, en caso de estar también casado/a.

Además, se castiga 'solo' el adulterio consumado, aunque incluye que si el denunciante ofendido perdona al infiel, se detiene todo el procedimiento judicial.

Con todo, sucede que pese a la iniciativa de este jueves, el adulterio sigue siendo parte del Código Civil mexicano.

Fuente: El Mundo