En estos tiempos de tecnología avanzada y a menudo fugaz, es siempre una grata noticia leer sobre cualquier cosa que dure, que perdure en el tiempo. Por ello, es complicado encontrar una noticia más interesante que la que ha podido encontrarse en Livermore, California, donde una bombilla lleva la friolera de 107 años encendida sin interrupción.

En la época de las lámparas OLED y numerosas alternativas a la bombilla tradicional, no deja de sorprender la capacidad y aguante de esta heroica bombilla, vestigio del pasado y que marca, muy a nuestro pesar, la enorme diferencia entre la filosofía actual: tecnología avanzada de consumo rápido, y la existente hace años, cuando las cosas parecían destinadas a "durar".

Los vecinos de Livermore, consideran la bombilla en cuestión una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad y atribuyen su éxito, como no podía ser de otra manera, a su fabricación, muy distinta de las que podemos encontrar hoy en día.

Así, el filamento de carbono se encuentra rodeado por una resistente esfera de vidrio, con la peculiaridad de que el filamento se encuentra al vacío, muy al contrario de lo que sucede en las bombillas actuales.